Durante diecisiete años Luisa hizo el mismo trayecto hasta su oficina. A la salida del Metro ,en la esquina,se encontraba con ella. La observaba detenidamente y seguía con su mirada.
Cada año la veía más oscura y hermética.
Era la casa de Él.
Luisa y los vecinos de ese Barrio con códigos tácitos miraban de soslayo la casa cerrada,sin indicios de vida alguna, pero no la nombraban.
Sucedieron los
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